¿Quiero ser pobre?
por La Tinaja EditorialMat 5,3 “Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.”
Creo que en el sentido material casi ninguno está
dispuesto a anhelar la pobreza, pero en realidad a la
pobreza que se refiere este texto no es a la pobreza
material, sino a la espiritual, aquella que tienen quienes
se sienten necesitados de Dios.
Somos pobres cuando descubrimos nuestra necesidad
de Dios, en medio de nuestras pruebas, en
medio de nuestras debilidades de carácter y nuestras
debilidades físicas. Somos pobres cuando descubrimos
que cada día necesitamos de Dios para avanzar
en todos los caminos de nuestra vida. Pero seremos
verdaderamente pobres cuando teniendo todo lo
material a nuestro alcance, teniendo éxito profesional
e intelectual, también nos sentimos necesitados
de Dios. Seremos verdaderamente grandes cuando
el éxito no nos saque de la realidad del reino de los
cielos. Cuando en estas circunstancias de bonanza
nos encontremos y podamos dirigir una oración
sencilla, sentida y sincera a Dios, podemos mostrar
la pobreza. Cuando reconozcamos nuestro pecado
y nuestra debilidad ante Dios, cuando no anhelemos
con soberbia estar de primeros, cuando callemos
para no hacer sentir mal al débil y al ignorante. Allí
entonces se abrirá de par en par el reino de los cielos
para quienes así lleguemos a portarnos. Entonces
ahora sí Señor anhelo ser verdaderamente pobre
espiritual, ahora sí reconozco que soy olla de barro
y que necesito de Ti para vivir.
Amado Padre celestial: Te pido me ayudes a despojarme
de mi riqueza material, aquella que solo tiene
lingotes de soberbia y auto suficiencia, monedas de
orgullo y vanidad intelectual. Te pido que me des la
pobreza espiritual, que sobrevive con unos cuantos
pesos de oración y de anhelos de cambio. Con unos
centavos de deseo de tenerte para siempre en mi
corazón, para que Tú lo enriquezcas con tu Santa
presencia.
Amén.
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Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión I por Juan Alberto Echeverry
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