Las promesas de Dios

¿Por qué será que me cuesta trabajo creer que
las promesas de bendición de Dios, también son
para mí? ¿Por qué me dejo contagiar por la duda y
vivo mi vida con pensamientos inclinados al fracaso?
¡No! Hoy quiero pensar diferente, quiero apropiarme
de las promesas que Dios tiene par mi vida, porque
no soy diferente a los que las han apropiado para
sus vidas. Yo también soy un(a) Hijo(a) de Dios y
también sus promesas están dadas para mí. Hoy las
recibo con todo el deseo, la emoción, la razón y la
fe que habitan en mí, y le doy gracias a Dios porque
todos mis caminos serán despejados para que mi
vida prospere en bendición. Renuncio a todo tipo de
pensamiento negativo o pesimista que no me deja
progresar en la vida. Hoy vuelvo a leer y repetir sus
promesas para que mi corazón se alegre y anhele
su presencia todos los días de mi vida, hoy vuelvo
a recordar todas las cosas que Dios ha hecho en mi
vida con la certeza de que las puede volver hacer y
aún puede hacer otras mayores:

Isa 43,1 “Pero ahora, Israel, pueblo de Jacob, el
Señor que te creó te dice:
“No temas, que yo te he libertado; yo te llamé
por tu nombre, tú eres mío.
2 Si tienes que pasar por el agua, yo estaré
contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás;
si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás,
las llamas no arderán en ti.
3 Pues yo soy tu Señor, tu salvador, el Dios Santo
de Israel. Yo te he adquirido; he dado como precio
de rescate a Egipto, a Etiopía y a Sabá,
4 porque te aprecio, eres de gran valor y yo te
amo. Para tenerte a ti y para salvar tu vida entrego
hombres y naciones.
5 No tengas miedo, pues yo estoy contigo. Desde
oriente y occidente haré volver a tu gente para
reunirla.
6 Diré al norte: ‘Devuélvelos’, y al sur: ‘No te
quedes con ellos. Trae a mis hijos y mis hijas desde
lejos, desde el extremo del mundo,
7 a todos los que llevan mi nombre, a los que yo
creé y formé, a los que hice para gloria mía.’”
10 El Señor afirma: “Ustedes son mis testigos,
mis siervos, que yo elegí para que me conozcan
y confíen en mí y entiendan quién soy. Antes de
mí no ha existido ningún dios, ni habrá ninguno
después de mí.
11 Solo yo soy el Señor; fuera de mí nadie puede
salvar.”
18 Ahora dice el Señor a su pueblo:
Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas
del pasado.
19 Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora
mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el
desierto y ríos en la tierra estéril.
25 Pero yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes
y no me acordaré más de tus pecados.”

Gracias Amado Padre Celestial por tus promesas
de Bendición para cada uno de nosotros. Te pido
que hoy más que nunca podamos creer en ellas y ver
cumplidas una a una tus promesas en nuestras vidas.
De manera especial, te pido hoy por los que no tienen
confianza o por aquellos que atraviesan sombras de
oscuridad y depresión, para que tu bendita Palabra
los levante como es su propósito para todos tus hijos.
Amén.

Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión I por Juan Alberto Echeverry

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