Si supieras
por La Tinaja EditorialJuan 4, 10. “Jesús le contestó: —Si supieras lo que Dios
da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a
él, y él te daría agua viva”.
Cuánto trabajo nos cuesta a veces identificar la voz
de Dios, su llamado y lo que nos pide; nuestras preocupaciones,
carreras e inclinaciones, no nos dejan
descubrir quién es Él. Quién es el que constantemente
está frente a nosotros y nos pide de nuestra agua de
conversión para darnos del agua viva de su Espíritu
Santo.
Cuántos maridos tenemos, a quiénes les entregamos
el tiempo, nuestra atención, nuestra dignidad de
hijos de Dios, nuestra agenda diaria de vida, nuestros
esfuerzos y batallas, sin ser verdaderamente libres y
felices. Es preciso, pues, tener un encuentro personal
con Jesús y saber que es Él el único que transforma
nuestra vida, devolviéndole el orden divino a todo
cuanto hacemos.
Dale a Dios un poco del agua de tu tiempo, de tu atención,
de tu conversión, de tu amor, y estoy seguro que
en verdad brotará de ti, un río de agua viva refrescado
que le dará sentido a tu diario vivir.
Juan 7, 37-39. “El último día de la fiesta era el más
importante. Aquél día Jesús, puesto de pie, dijo con voz
fuerte: —Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en
mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél
correrán ríos de agua viva. Con esto, Jesús quería decir
que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que
el Espíritu todavía no estaba, porque Jesús aún no había
sido glorificado”.
Dios, Padre de amor:
Te pido me ayudes a estar atento a tu llamado y a tu
voz para poder entregarte del agua de mi vida y así
tener un río dentro de mi ser. No permitas que me
quede ocupado en mi egoísmo y en mi idolatría frente
al trabajo, a las personas y a la rutina. En el nombre de
Jesús, ayúdame a entregar lo que no me deja ser feliz
para recibir tu presencia cada día de mi vida, saciando
la sed de mi alma.
Amén.
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Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión II por Juan Alberto Echeverry
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