Puedes controlarte

Efesios 4,26 Si se enojan, no pequen; que el enojo no les
dure todo el día.
27 No le den oportunidad al diablo.

Es difícil vivir la vida sin sufrir enojos, pero sí es posible
controlar nuestros actos en medio de ellos. ¿Cuántas
heridas causamos a los demás y a nosotros mismos
en medio de la ira descontrolada? ¿Cuántas marcas
dejamos para siempre en nuestros hijos, nuestros hermanos,
nuestra pareja o nuestros padres, por falta de
dominio propio?

No tiene sentido que te amargues el día y la vida, y se
la amargues a los demás por culpa del mal genio, la
intolerancia o la ira descontrolada. Todo tu ser sufre
y se enferma por estar expuesto a esta reacción, la
cual, la mayoría de veces no es necesaria. Tú puedes
contralar tu carácter y hacer el mayor de los esfuerzos
cada día, con sabiduría, para no agredir a nadie con
tu mal genio, especialmente a los que más deberías
amar. Deja que el amor de Dios junto con tu esfuerzo,
suavicen tu corazón.

Sabiduría 10,1 La sabiduría protegió al hombre que fue
creado primero, al padre del género humano, después
de ser formado solo, y ella lo levantó de su caída
2 y le dió el poder de dominarlo todo.
3 En cambio Caín, llevado por su ira, se apartó de ella,
y llevado por el odio dio muerte a su hermano. De ese
modo, él mismo pereció.

Dios Padre de amor: En tus benditas manos está nuestra
vida. Te pedimos perdón en el nombre de Jesús,
por todas las veces que llevados por la ira descontrolada,
hemos agredido a las personas, hiriendo de
muerte sus corazones y de paso el nuestro. Padre te
clamamos, en el nombre de Jesús, que nos regales el
don de la sabiduría junto con el dominio propio, para
controlar nuestro carácter y en vez de sembrar odio y
resentimiento, podamos sembrar amor y paz a nuestro
alrededor.
Amén.

 Una reflexión para cada ocasión II por Juan Alberto Echeverry


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