Picos emocionales

Salmo 119,162 Yo me siento feliz con tu promesa,
como quien se encuentra un gran tesoro.

163 Odio la mentira, no la soporto;
pero amo tu enseñanza.

164 A todas horas te alabo
por tus justos decretos.

165 Los que aman tu enseñanza gozan de mucha paz,
y nada los hace caer.

Dios Padre de amor: A ti clamamos en el nombre
de Jesús en este nuevo día, la gracia de la madurez
espiritual, para poder allanar todas las emociones
de nuestra vida. Te pedimos el don de la paz, de la
templanza, la fortaleza, la serenidad, la cordura y,
sobretodo, una estabilidad permanente en nuestros
pensamientos y nuestros actos, a fin de que nuestra
vida sea una luz permanente para nosotros mismos, y
para quienes nos rodean.
Amén.

Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión III por Juan Alberto Echeverry


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