No te enredes la cabeza

Eclesiástico 3, 21-22. “No busques lo que es demasiado
elevado para ti, ni quieras saber lo que es demasiado
difícil. Procura entender lo que Dios te ha mandado y no
te preocupes de lo que en secreto”.

No es sensato matarnos la cabeza pensando en cómo
o cuándo se resolverán los asuntos; ni estar llevando
cuentas exactas de cada uno de nuestros actos o
de los actos de los demás. Tampoco conviene hacer
cavilaciones sobre la conversión o la actuación de
otros. Mucho menos, es nuestro deber estar preocupándonos
por el día de mañana, pues lo único que
ganaremos es un stress permanente y seguramente
también una enfermedad. De tanto pensar, ¿cuántos
momentos alegres y de paz nos perdemos en la vida?

¿Por qué no confiar, más bien, en que Dios tiene un
plan perfecto para nuestra vida?, ¿Por qué en lugar de
estar cavilando y juzgando a los demás, no nos dedicamos
a hacer lo nuestro y tratar de agradar a Dios
en lo que hacemos?, ¿Por qué desgastarnos con cosas
que están en lo secreto o no están a nuestro alcance y
aquellas que nosotros no podemos modificar por más
que nos esforcemos?

La confianza en Dios es una poderosa llave, que a
su tiempo, abre las puertas necesarias para nuestro
mayor bien. La serenidad es uno de los frutos de la
madurez espiritual, que nos ayuda a vivir en paz y con
esperanza, nos ayuda a poner cada cosa en su lugar.

No te desgastes pensando y pensando, solo confía en
Dios, descansa tus pensamientos en Él y haz lo que
tengas al alcance de la mano, el resto llegará por añadidura,
porque Dios está trabajando.

Mateo 6, 34. “No se preocupen por el día de mañana,
porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada
día tiene bastante con sus propios problemas”.
Dios, Padre de amor:
En tus benditas manos está nuestra existencia y nuestro
diario vivir. Te damos gracias porque sabemos que
tú tienes un plan perfecto de salvación para cada uno
de nosotros; te pedimos, en el nombre de Jesús, que
nos permitas aceptar tu perfecta voluntad en todo
lo que hacemos y esperamos; que nada ni nadie nos
robe la paz que solo nos da la confianza en ti.
Amén.

Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión II por Juan Alberto Echeverry

Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados