No te dejes manipular
por La Tinaja EditorialApocalipsis 12,10 Entonces oí una fuerte voz en el cielo,
que decía:
“Ya llegó la salvación,
el poder y el reino de nuestro Dios,
y la autoridad de su Mesías;
porque ha sido expulsado
el acusador de nuestros hermanos,
el que día y noche los acusaba
delante de nuestro Dios.
No te dejes manipular por las acusaciones del maligno,
cuyo propósito es que retrocedas en el camino del
bien y te apartes de la gracia. Por ello, no te extrañes
que te llene de sentimientos de desánimo, resentimiento,
fracaso, culpa y pereza.
Cuando hemos perdonado, se encarga de hacernos
recordar que el ofensor no merece el perdón y quiere
que retrocedamos en ese perdón, para que sigamos
sintiéndonos mal. Cuando nos hemos confesado, nos
impone sentimientos de culpa, para no sentirnos amados
y perdonados. Cuando hemos decidido caminar
en la senda del bien, se encarga de hacernos sentir
que no tiene sentido, etc.
Su misión por naturaleza, es acusarnos día y noche
haciéndonos sentir mal; y no hay nada que le fastidie
más, que ver a un hijo de Dios en completa paz y
armonía. Nos hostiga con pensamientos de fracaso y
fatalismo, nos ata con complejos de toda naturaleza y
se encarga siempre de recordarnos los defectos que
podamos tener.
Efesios 6,12 Porque no estamos luchando contra
poderes humanos, sino contra malignas fuerzas
espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad
y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.
Si bien es cierto no todo lo que acontece a nuestro
alrededor es culpa del maligno, sino también de nuestras
propias decisiones, tengamos la plena seguridad
de que siempre estará tratando de hostigarnos espiri
tual, psicológica y hasta físicamente, para que seamos
infelices. Pero dependerá de nosotros dejarnos manipular
o hacerle frente en el nombre de Jesús, con
valentía y arrojo, para defender nuestro territorio de
bendición y paz.
1Pedro 5,8 Sean prudentes y manténganse despiertos,
porque su enemigo el diablo, como un león rugiente,
anda buscando a quien devorar.
Santiago 4,7 Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo,
y este huirá de ustedes
Dios Padre de amor: Hoy proclamamos con nuestra
mente, con nuestros labios y nuestro corazón, que en
el nombre de Jesús te pertenecemos a ti, que nos mantenemos
en el camino del bien aceptando tu perdón,
perdonándonos a nosotros mismos, y perdonando a
nuestros hermanos. Invocamos tu preciosísima sangre
para que derrote todo hostigamiento del enemigo.
Amén
Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión III por Juan Alberto Echeverry