No te dejes contaminar

Mateo 16, 6. “Entonces Jesús les dijo: —Miren, cuídense
de la levadura de los fariseos[e] y de los saduceos”.

Lleva tu la luz donde quiera que estés, pero no dejes
que la oscuridad de otros te oscurezca a ti; no te dejes
contaminar del pesimismo, de la mediocridad, del desorden,
del pesimismo, de la falta de esperanza, de los
caminos fáciles y los atajos. No te dejes contaminar de
la falta de fe, del egoísmo o de la ambición. Tú tienes
una luz inmensa en tu interior y es necesario que la
dejes brillar para iluminar a los que se encuentran en
tinieblas.

Si otros insisten en sus malas noticias, en vivir amargados,
en chismosear o agredir, entonces sacúdete
el polvo de los pies y apártate de ellos. Tú estás
llamado(a) a ser diferente… no te dejes contaminar
por el resentimiento o el rencor.

Cuando lleguen a ti esos pensamientos o sugerencias
de vanidad abrumadora, de desesperanza, miedo o
angustia, repréndelos rápidamente en tu mente y tú
corazón; proclama a viva voz, palabras de bendición,
de esperanza y fe, que levantarán tu ánimo y te ayudarán
a enderezar el camino, pero no dejes que nada te contamine.
Dios, Padre amor:
¿Si Dios está conmigo, quién contra mí?
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Soy un hijo amado de Dios y heredero de su gracia.
Soy una persona diferente y feliz, por eso nada temo.
No voy a torcer mi camino, porque mi esencia es el
amor.
Aunque muy oscura esté la noche, muy pronto llegará
la luz del nuevo amanecer.
No voy a dejar que nada ni nadie me arrebate la luz y la
bendición que Dios me da, en Cristo Jesús.
Amén.

 

Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión II por Juan Alberto Echeverry


1 comentario

  • Me gustaría recibir oraciones en mi correo electrónico.

    Elena Gómez

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