No te conformes con menos
por La Tinaja Editorial1Pedro 2, 2. “Como niños recién nacidos, busquen con
ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella
crezcan y tengan salvación”.
Ciertamente hay muchos maestros y muchos mensajes,
más no todos tienen la perfecta pureza de la
verdad, ni tampoco la recta intención en el corazón.
Muchos maestros y mensajes, están contaminados
con diversos propósitos particulares, que nos alejan
de la verdadera intención de conocer y a amar a
Cristo. No te quedes con el sinsabor de la duda, ni con
la melancolía que produce el desconocer la verdad;
lucha por encontrarla, amarla y vivirla.
Pide a Dios con fe y confianza que derrame sobre ti
el Espíritu Santo que nos guía a la plenitud de la verdad,
y no te canses de buscar la sabiduría que viene de
Él, pues de ella, brotará el conocimiento que anida la
madurez y la paz en el corazón.
Juan 16, 13. “Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los
guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia
cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las
cosas que van a suceder”.
Ese conocimiento, felizmente, te llevará a entender a
los demás y a entenderte a ti mismo; a perdonar y a
perdonarte, a justificar y justificarte; pero, sobre todo,
te fortalecerá y alumbrará en todos tus caminos. No
pierdas tiempo ni escatimes esfuerzos en buscar esa
leche pura de la verdad y verás que pronto tus dudas
y tus angustias cesarán para dar paso a tu verdadera
identidad a imagen de Cristo.
Dios, Padre de amor:
Te pedimos, en el nombre de Jesús, que nos regales
hambre y sed de tu palabra; que nos regales el don
del Espíritu Santo para conocer la plenitud de la verdad
y que coloques en nuestro camino a las personas
idóneas por medio de las cuales tu mensaje llega en
forma oportuna y transparente. Te pedimos que por
medio de tu bendita palabra, pueda sanar nuestro
corazón y fortalecerse en tu presencia cada día.
Amén.
Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión II por Juan Alberto Echeverry
Dios te bendiga quiero aprender de la palabra de Dios