Espera a que se cumpla

Gálatas 4, 4. “Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios
envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la
ley de Moisés”.

La impaciencia de los seres humanos les hace más tortuosa
la espera pero Dios, que conoce la plenitud de
la verdad, porque es la verdad, sabe cuál es el tiempo
oportuno para cada acontecimiento; sabe cuál es el
tiempo que aquilata la perfección y cumple cabalmente
sus planes. Así que no te impacientes en medio
de la espera.

No te desesperes cuando las cosas no te salgan, no te
adelantes a los acontecimientos ni reniegues porque
algo no se da; espera con paciencia, porque Dios tiene
el tiempo perfecto para cada bendición en tu vida.

1 Pedro 1, 5-6. “Por la fe que ustedes tienen en Dios, él
los protege con su poder para que alcancen la salvación
que tiene preparada, la cual dará a conocer en los
tiempos últimos. Por esta razón están ustedes llenos de
alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco
de tiempo pasen por muchas pruebas”.

Ni un día antes, ni un día después se dará la bendición
necesaria para tu vida, puesto que cada cosa requiere
su tiempo de maduración; basta pedir que se cumpla
el tiempo y que se desate la perfecta voluntad de Dios
en tu vida. Llénate de paciencia, confianza y prudencia.
No te adelantes a los acontecimientos ni con tus
labios, ni con tus actos, pues en la voluntad de Dios
hay un tiempo perfecto para cada acontecimiento.

Ezequiel 34, 26. “Yo pondré a mis ovejas alrededor de
mi monte santo, y las bendeciré; les enviaré lluvias de
bendición en el tiempo oportuno”.

2 Corintios 6, 2. “Porque él dice en las Escrituras: ‘En el
momento oportuno te escuché; en el día de
la salvación te ayudé’”.

Dios, Padre de amor: En tu santa voluntad se encuentra
nuestra vida. Te pedimos, en el nombre de Jesús,
que se cumpla en nosotros el tiempo perfecto para
cada situación. Te clamamos el don de la sabiduría, la
paciencia, la prudencia y la paz, a fin de que sepamos
esperar tu perfecta voluntad; y en caso de considerar
demasiado el sufrimiento, te pedimos que acortes el
tiempo de la tribulación y renueves nuestras fuerzas.
Amén.

Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión III por Juan Alberto Echeverry


Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados