Descansa en el Señor

Mateo 9, 36. “Al ver a la gente, sintió compasión
de ellos, porque estaban cansados y abatidos,
como ovejas que no tienen pastor”.

Mateo 11, 28. “Vengan a mí todos ustedes
que están cansados de sus trabajos y cargas,
y yo los haré descansar”.

Has estado corriendo mucho, preocupado(a) por
tantas cargas y problemas, por tantos quehaceres,
pensamientos y angustias; quizá por conquistar metas
que el mundo o tú mismo(a) te has impuesto. ¡Sí! es
bueno ser responsable, pero también es necesario
hacer un alto, detenerse y descansar en Dios; es conveniente
serenarse y dejar que Dios tome el control
de nuestra vida, del futuro, de los problemas que nos
aquejan y descansar en Él con confianza y fe.

No te estoy diciendo que te seas irresponsable, sino
que hagas un alto responsable para luego retomar
con fuerzas la vida y, así, dejar actuar el poder de Dios
en ti y en todos los acontecimientos que te rodean. De
esta manera estarás preparado para conquistar esas
metas que nos hacen sentir gozosos.

Detente por un momento y descansa en oración; no
vale la pena que deteriores tu salud con tantas angustias
y preocupaciones, solo confía en Dios, haz lo que
puedas hacer y deja que Él haga lo divino.

Éxodo 33, 14. “Yo mismo te acompañaré y te haré
descansar –dijo el Señor”.

Tómate el tiempo para entregarle todas tus cargas al
Señor. En su presencia se encuentran nuevas fuerzas,
nuevas ideas y nuevos caminos para hallar salidas a
nuestras ocupaciones y problemas. Solo en tu mente
existe la tormenta o la paz, la angustia o la confianza.
No vale la pena que te enfermes por esa misma angustia
o el excesivo trabajo, por el estrés que el mundo te
impone. ¿A quién tienes que agradar? Únicamente a
Dios, y Él quiere que mantengas el equilibrio, que descanses
y seas feliz en todo lo que haces.

Isaías 30, 15. “El Señor, el Dios Santo de Israel, dice:
‘Vuelvan, quédense tranquilos y estarán a salvo. En la
tranquilidad y la confianza estará su fuerza’. Pero ustedes
no quisieron”.

Suelta ya la preocupación y deja que Dios tome el control.
¡Descansa en Él! Si es preciso, tómate unos días,
unas horas o unos minutos en su presencia y llénate
de su paz, que sobrepasa todo entendimiento; hazlo
con determinación, fe y seguridad.

Dios, Padre de amor:
En tus benditas manos está nuestra vida, a tus pies
colocamos todas nuestras cargas y problemas. Te
pedimos perdón por agobiarnos tanto con nuestras
preocupaciones y no confiar en tu providencia y
poder. A tu presencia Jesús, venimos en esta hora
del día, buscando descanso para nuestras cargas,
clamando tu amor y misericordia, de tal forma que
podamos encontrar la paz que tanto necesita nuestra
vida y saber qué es lo verdaderamente importante. Te
pedimos por todas las personas que no encuentran
descanso en sus vidas para que seas Tú el oasis que
reconforta y renueva sus fuerzas.
Amén.

Reflexión tomada del libro Una reflexión para cada ocasión II por Juan Alberto Echeverry


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