¡Ánimo! Dios está contigo

Ageo 2, 4. “¡Pero ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo, Josué, jefe
de los sacerdotes! Y anímense todos ustedes, gente del
país. Trabajen, que yo estoy con ustedes. Yo, el Señor
todopoderoso, lo afirmo”.

No te dejes robar el ánimo. Los enemigos de Dios
van a querer desanimarte; es necesario que confíes y
mantengas el empeño en tu buen caminar. No hagas
caso de voces externas y aún internas que pretenden
hacerte vacilar en tu caminar y en tus propósitos
loables. No vaciles ni te desanimes por pequeños tropiezos
o fracasos que la vida te presente, porque si
te mantienes firme, Dios te mostrará su victoria tarde
o temprano. Sigue haciendo tu trabajo lo mejor que
puedas y confía en que Dios tiene una respuesta, pero
no vaciles ni te desanimes.

2Samuel, 10, 12. “Ten ánimo, y luchemos con valor por
nuestra nación y por las ciudades de nuestro Dios. ¡Y que
el Señor haga lo que le parezca mejor!”.

A nosotros nos corresponde colocar la fe, el empeño
y el ánimo, y Dios hará lo que a Él le corresponde, que
es darnos la vitoria. El arma preferida del mal es querer
desanimarnos para que perdamos el empeño en lo
que hacemos y, de esta manera, hacer que perdamos
la recompensa final, pero ¿Hay acaso algo bueno y loable
que no sea luchado?, ¿Se podrá disfrutar mejor una
victoria si no presenta obstáculos?, ¿Es posible atravesar
la vida sin problemas? Claro que no, las mejores
victorias son las que siempre presentan problemas
y obstáculos y todos en la vida hemos tenido diversos
problemas. Hasta los peores enemigos enfrentan
dificultades. Así que no te desanimes en tu camino,
sino mantente firme y seguro que Dios está de tu
lado. Revisa tu conducta y la verdad en tu proyecto y
avanza con seguridad. Si tienes que rectificar en algo,
¡adelante!, hazlo y cuenta con la bendición de Dios.
Saca fuerza de la oración, la Palabra y los Sacramentos,
levántate y sigue caminando.

Dios, Padre de amor:
Nos refugiamos en tu presencia y en ti buscamos
ánimo y protección. Te ofrecemos nuestras luchas y
desvelos en medio de este caminar. Te pedimos, en
el nombre de Jesús, que ninguno de nosotros sea
avergonzado ni abandonado en medio de su fatiga y
que envíes tu protección y misericordia sobre nuestras
peticiones y proyectos. Hoy te pedimos que nos
levantes en victoria en todos nuestros caminos y nos
ayudes a darle ánimo a quien se sienta cansado, desanimado
y abatido para que pronto vea el resultado
de la fe.
Amén.


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